El arte es una transacción espiritual.
Los artistas son visionarios. Nuestra práctica habitual se basa en la fe: vemos con claridad un objetivo creativo que resplandece en la distancia y nos movemos hacia él a pesar de que, por visible que sea para nosotros, quienes están a nuestro alrededor no lo ven. Aunque sea difícil recordarlo, es nuestro trabajo lo que crea el mercado, no el mercado lo que crea nuestro trabajo. El arte es un acto de fe y el modo de practicarlo es haciendo arte. A veces nos obliga a hacer peregrinajes y, como muchos peregrinos, dudamos de haber sentido la llamada al tiempo que respondemos a ella. Porque no hay duda de que respondemos a ella.
Llevo un tiempo leyendo este blog, sus artículos sobre todo, y viendo de manera ocasional las fotografías. Hoy las he mirado con más detalle y me han gustado mucho, me parece que están, dentro de mi comprensión, muy bien, aunque eso ya lo sabes. Me he reído también con el humor de tu biografía, que también se agradece.
Un saludo
Gracias, José Luis, se hace lo que se puede -y lo que nos deja el tiempo del que disponemos-. Supongo que las biografías hay que escribirlas con humor, los humanos somos unas criaturas muy chistosas 😉
¡Un abrazo!
Lo acabo de recoger en mi librería favorita… a punto de empezarlo… ya contaré mis impresiones.
Saludos de un seguidor (desde ahora mismo).
Saludos. Jota.