Profundamente emocionado, insisto en decirles hasta qué punto soy sensible al desvelo que le han consagrado al acto de nuestro gran dedo masturbador de obturadores unido al agente perturbador que es nuestro órgano visual […].
Con todos mis agradecimientos, antes de poner mis pies de reportero en polvorosa, les ruego que acepten el homenaje de un fotógrafo arrepentido.
Henri Cartier-Bresson: Respuesta a una invitación para un coloquio sobre el acto fotográfico (1982), en Fotografiar del natural (Editorial Gustavo Gili)