Addis Abeba es una ciudad nueva; tan nueva, de hecho, que parece que no hay un sólo edificio que esté realmente terminado.
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Es inútil tratar de imponer coherencia teológica en la política, que no es una ciencia exacta sino que, por su naturaleza, consiste en una serie de dispositivos prácticos, improvisados y de sentido común para deshacer entuertos. En Inglaterra hay un grupo de opinión serio que sostiene que, en el pasado, los africanos han sido explotados injustamente por intereses comerciales europeos, y quiere evitar que esto suceda en el futuro. Es inútil discutir en abstracto acerca de «derechos» sobre la tierra; si se hace, se mete uno en vericuetos étnicos: ¿tienen las tribus inmigrantes del Nilo más «derechos» sobre el este de África que los ingleses? Hay que ceñirse a la historia reciente y la justicia en general. Existe un principio universal que puede aceptarse: que toda la Historia, desde los tiempos más remotos hasta hoy, ha estado determinada por el movimiento de los pueblos sobre la superficie del planeta; tribus migratorias que se establecen y adaptan sus culturas a la nueva situación; la conquista, la colonización, la invasión comercial, el proselitismo religioso, los cambios topográficos, la tierra que se trabaja, los pastos que desaparecen, los puertos que se inundan… todo eso ha conservado un constante fluir de la población. Es inútil fingir que, de repente, al comienzo de las Guerras Boer, la fundación de la Tercera Internacional, o en tal o en cual momento de la Historia reciente, el piano dejó de tocar y el juego de las sillas terminó, los ríos de lava se enfriaron y solidificaron, y todo el proceso tocó a su fin, sin más motivo que el de que la gente ilustrada del norte de Europa -al haber perdido su creencia en la religión y encontrándose desesperanzadamente faltos de guía moral para sus escrúpulos- decidieron que estaba Mal. El proceso continuará, porque es algo orgánico en el ser humano.
Gente remota
02 Ene
Esta entrada fue publicada el enero 2, 2010 a las 2:47 pm. Se guardó como Lecturas, Narrativa y etiquetado como colonización, Etiopía, Evelyn Waugh, Gente remota.
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