Ahora que estamos en el final de la era «sólo para mi», ¿qué estrategias de autorretrato artístico son viables? ¿Cómo distinguir el arte de los selfies en el gran scroll? Instagram, por ejemplo, es un buffet de géneros: documental, apropiación, comentario político, juego de roles. Pero su inmediatez inherente, su sociabilidad y la mercantilización instantánea (cada gesto de Me gusta o de etiquetado crea comunidad para nosotros del mismo modo que crea valor para Instagram) cambia la naturaleza de estos gestos. Aquí, humor, mundanidad y abyección juegan contra las imágenes más respetuosas de las reglas, aun cuando las reglas para una imagen ganadora evolucionan continuamente. Por ejemplo, los selfies pulidos dan paso a lo casual, y el meta-comentario ahora reemplaza a la expresión «genuina». En medio de este tira y afloja -imágenes alineadas con un Instagram optimizado para la creatividad de los anunciantes compitiendo con otras que critican tan flagrante consumismo-, ¿a qué puede parecerse crear un espacio para la abstracción, la disonancia, y la transgresión: en otras palabras, para el arte ?
Lauren Cornell: Self-Portraiture in the First-Person Age (Aperture 221, Performance, Winter 2015)