
Kigali, 2014
Como a un pez suspendido en el aire
cuya vida se escapa ante sus ojos,
así contemplo el año que hoy acaba,
con la misma extrañeza
y la misma rutina,
antes de ser despertado
por un relámpago de escamas
y dé comienzo un nuevo baile
en el estanque interminable.
Y, sin embargo, feliz año a todos.
Fotografía y textos © Antonio Pérez Río