Este perro tiene una mosca en la nariz. Usé los perros para incluir la idea de los huérfanos y la adopción. En Bogotá ves niños que viven en la calle por todas partes, por lo que pensé que era importante fotografiarlos, pero al final me pareció algo demasiado personal, incluso si Carmen no era una niña de la calle en absoluto y había sido muy bien cuidada. Por eso fotografié perros abandonados y de nuevo usé esa herramienta de repetir motivos como una manera de conseguir cohesión. Los perros son como niños vulnerables en la secuencia [de Dog Days Bogota]. Este es otro cliché y sé que hay algo sentimental en fotografiar un perro, pero no tengo miedo de ser sentimental. Hay una tensión romántica en mi fotografía y no estoy preocupado por ello. Abrazo la palabra «belleza» de todo corazón. Eso es lo que quiero.

Alec Soth, en conversación con Francesco Zanot: Ping Pong Conversations (Contrasto, Roma 2013).

25 Feb Esta entrada fue publicada el febrero 25, 2014 a las 7:26 am. Se guardó como Fotografía, Lecturas, Miradas y etiquetado como Alec Soth, belleza y fotografía, Fotografía, franceso zanot, ping pong conversations. Añadir a marcadores el enlace permanente. Sigue todos los comentarios aquí gracias a la fuente RSS para esta entrada.