La secuencia original de Niágara era mucho más oscura, pero suprimí gran parte del material más aspero porque era demasiado abrumador. Cartas desesperadas, penes, cocaína, un hombre masturbándose… todo eso se quedó fuera. Se habrían apoderado de la secuencia. Quería un cierto grado de intensidad, pero se estaba volviendo demasiado oscuro y ya no trataba del amor y el deseo. Una mitad de la fotografía es hacer las fotos y la otra mitad es editarlas. Dejar cosas fuera es fundamental.
Alec Soth, en conversación con Francesco Zanot: Ping Pong Conversations (Contrasto, Roma 2013).
Mi agradecimiento al fotógrafo Iñaki Lizarraga por prestarme el libro. Que Dios se lo pague con buenas fotos.
Qué carga de verdad, es casi insoportable saber que resulta tan importante qué quese queda fuera del marco como qué decides incluir… La responsabilidad y el trabajo se duplican. Hay que aceptar el reto, aunque sea doble.
Jota.