
George Rodger - Bergen Belsen
No estaba particularmente interesado en fotografiar el horror de la guerra. Eso no me importaba: la sangre, las tripas al aire, todo eso… Uno no piensa entonces en los efectos que tales cosas pueden causar en sí mismo, pero gradualmente se producen y la culminación llegó en el campo de concentración de Belsen. No había sabido hasta entonces -a pesar de cinco años de guerra- el efecto que la guerra me había provocado, y me dije: «Aquí termino». Afortunadamente, poco después se acabó la guerra. No había más guerra para fotografiar y no volví a otra. Lamentablemente, Capa lo hizo.
No era tanto lo que estaba fotografiando, como lo que ocurría en ese proceso. Cuando descubrí que podría contemplar el horror de Belsen -los cuatro mil muertos y hambrientos que yacían a mi alrededor- y pensar tan sólo una buena composición fotográfica, supe que algo me había sucedido y que tenía que detenerme. Pensé que era como los individuos que dirigían el campo de concentración, es decir, que aquello no significaba nada para mí.
George Rodger, entrevistado en 1977 por Paul Hill y Thomas Cooper: Diálogo con la fotografía (Gustavo Gili)