Una composición espontánea

La composición de los Maestros Clásicos, utilizada durante siglos, ha sufrido su primera decadencia, y mediante su constante aplicación se ha degradado hasta el convencionalismo. Se hizo más y más esterotipada, hasta que la composición impresionista -que explora los rincones oscuros de la vida moderna, se deleita en la rareza de la observación y en novedosos puntos de vista (sumamente influida por el arte y la fotografía instantánea de los japoneses)- le dio un nuevo estímulo.

Alfred Stieglitz: Nueva York, 1931

Alfred Stieglitz: Nueva York, Noche, 1931

En fotografía, la expresión artística se ha convertido en infinitamente más vasta y variada, en popular, vulgar, común, y sin embargo imprevista; se caracteriza por la carencia de reglas fijas, por la imperfección y el fracaso, pero al mismo tiempo ofrece una singular riqueza en la sorprendente observación individual y en sentimientos de todo tipo… El pintor compone gracias a un esfuerzo de su imaginación. El fotógrafo interpreta gracias a una espontaneidad en su juicio. Practica una composición por el ojo.

Sadakichi Hartmann, uno de los primeros críticos de arte que escribió sobre fotografía, en 1904, citado por Beaumont Newhall en Historia de la fotografía (Editorial Gustavo Gili)

Esta entrada fue publicada el agosto 29, 2011 a las 7:00 am. Se guardó como Fotografía, Lecturas y etiquetado como , , , , , . Añadir a marcadores el enlace permanente. Sigue todos los comentarios aquí gracias a la fuente RSS para esta entrada.

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