La intervención de Ernesto Bazán en el seminario de Albarracín 2010 sigue siendo recordada por muchos de los asistentes como una de las revelaciones de esta temporada. Sin embargo, Ernesto Bazán no es un recién llegado a la fotografía y lleva años fotografiando e impartiendo talleres por todo el mundo, como el que dará en LENS los días 3 y 4 de mayo de 2011.
Ernesto vivió en Cuba desde 1992 hasta 2006. Su libro Bazán Cuba es el fruto de este trabajo:
Se trata de fotografías muy personales e íntimas. Son impresiones de 14 años de vida en Cuba, hay fotos familiares, callejeras, de personas conocidas y fotos de mis queridos amigos campesinos. Son apuntes íntimos que yo percibía cuando me perdía en las calles de esa isla.
Deseé viajar a Cuba como se desea a una mujer por mucho tiempo. La primera vez que viajé a la isla había comprado un paquete barato desde Mérida, México, y cuando regresé tras pasar allí una semana… regresé a la agencia de viajes como si fuese un robot: Cuba me ha cambiado la vida.
Cuba cambió mi vida en lo personal (allí me casé, tuve mellizos) y profesional. Llegué en un momento clave, la crisis de 1992 tras el colapso soviético, y el llamado Período Especial. Y el Gobierno me habilitó para que pudiera fotografiar desde entonces las prácticas del Ejército, los ingenios azucareros y el sistema de salud y de educación.
Ernesto Bazán registró en sus fotografías el ambiente que se vivía en la isla durante el Periodo Especial:
Son bastante duras porque son de la vida cotidiana, se ve el derrumbe de todo, de la ideología, de la vida de la gente.
Bazán no pretendía hacer política con sus imágenes, pero acabó siendo un testigo incómodo que fue denunciado por impartir talleres de fotografía en la isla y tuvo que abandonar la isla en 2006:
Soy persona non grata debido a mi libro. Lo supe por casualidad, no tuve que regresar a Cuba y que mis hijos se enteraran así.
Su trabajo en Cuba le ha permitido de ganar algunos de los premios fotográficos más prestigiosos a nivel internacional como el W. Eugene Smith, el Mother Jones Foundation for Photojournalism, el Dorotea Lange–Paul Taylor Prize, el World Press Photo, además de dos becas de la Fundación Alicia Patterson y una de la Fundación Guggenheim.
Después de colaborar con medios como Newsweek, Time o The New York Times comenzó a impartir talleres por todo el mundo:
De las asignaturas aburridas pasé a dar talleres de fotografía… no tenía idea de que iba a ser buen maestro. Pero ya llevo nueve años y los talleres siguen creciendo.
Siempre tengo que conjugar forma y contenido. Es la clave para que una foto llegue al alma.
Ernesto creó su propia editorial para editar su libro: Bazan Photos Publishing.
El mundo editorial te friega mucho. Pierdes mucho los derechos, el control del libro, te pagan una miseria… La única cosa que tenía por cierta cuando salí de Cuba es que no quería que las editoriales me jodieran otra vez un libro, como me había pasado en los dos primeros. Y me siento un privilegiado porque tuvimos (en plural, con mis estudiantes), el control pleno, la plena soberanía sobre cada palabra y cada fotografía. Todo lo elegimos juntos. Y por eso quiero seguir así. Si dentro de algunos años alguna editorial me pide publicar mis libros, lo voy a hacer sólo si aceptan mis condiciones. Porque nosotros somos los que creamos las fotografías de los libros, y nos cuesta mucho trabajo, no solamente en términos económicos, sino también por el esfuerzo de tener la capacidad, la salud, el tiempo, para volver muchas veces a al mismo lugar… A este libro le entregué catorce años de mi vida… ¡Catorce! Entonces, considero que tiene que ser así, porque ese trabajo lo hice yo.
Y fueron sus estudiantes los que le ayudaron a lo largo de todo el proceso:
La edición coral es la única manera de abrirse. Necesito conocer opiniones y saber a cuántos les llega al alma una toma.
Después del éxito de Bazán Cuba, Ernesto se ha embarcado en la edición de un libro sobre su experiencia en el campo cubano: Al campo, un libro en color que verá la luz en el mes de junio de 2011.
Yo no soy fotoperiodista, soy más bien un fotógrafo callejero. Soy un poeta de la vida cotidiana, un cazador o un pescador de imágenes.
Editar es el talón de Aquiles de cada fotógrafo porque es muy difícil sacar buenas fotos y una vez tomadas cuesta mucho elegir una foto exitosa. Se necesita objetividad para seleccionar las mejores fotos, se necesita un ojo ajeno una persona que no haya sido parte del proceso.
Quien quiera gozar de la experiencia de Bazán y desee contar con él para editar su trabajo, puede hacerlo en LENS los días 3 y 4 de mayo de 2011.
Todos los derechos de las imágenes pertenecen a Ernesto Bazán.
Los textos de Bazán proceden de entrevistas a la Cadena Ser, CNN México y el blog La Posta de la Vida.
imperdible!!!!!!