Cuando un artista se dedica perezosamente a su trabajo y no logra dibujar desde lo más profundo de su alma, su pintura es débil y blanda y carece de decisión. Su falta es la de no concentrarse en lo esencial. Si está confundido y tiene ideas nebulosas, entonces las formas se tornan oscuras e inciertas. Su falta es la de no poner toda su alma en su trabajo. Si se aproxima a su pintura demasiado livianamente, entonces las formas probablemente serán desarticuladas e inarmónicas. Su falta es la carencia de dignidad. Si descuida su trabajo por engreimiento, la composición resulta descuidada e incompleta. Su error es falta de diligencia. Por lo tanto, la indecisión conduce a un análisis defectuoso, la confusión a una carencia de elegancia, lo desarticulado a una falta de proporción, lo incompleto a una carencia de composición ordenada. Estas son las mayores faltas del artista. Estos asuntos, sin embargo, sólo se pueden discutir con personas que han visto la luz.
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Los antiguos han dicho que la poesía es un cuadro sin formas, y que una pintura es un poema con formas.
Kuo Hsi (1020-1090): Ensayo sobre pintura paisajística, citado por Luis Racionero en Textos de estética taoísta (Alianza Editorial)