Oscar Molina citó mucho a Bernard Plossu en su taller de Málaga. Unos meses más tarde he podido conocer su obra en la biblioteca del Reina Sofía. Dos libros me han gustado mucho: la monumental Retrospectiva dirigida por Gilles Mora y el pequeño librito Los años andaluces con cámaras juguete.
Las fotografías de Bernard Plossu tienen mucho de viaje y de silencio y por eso las siento muy cercanas. Y sus palabras certifican la hondura de las experiencias desde las que se enfrenta a sus imágenes.
Yo creo que la escritura es lo que más se acerca a mi forma de fotografiar. Yo tomo notas sobre todo lo que veo, lo que es un excelente complemento a la toma en sí. De hecho, la fotografía es eso: tomar notas. Lo peor que se puede decir sobre la fotografía, es que es pintura. Con un equipo ligero, como la 35 mm., y tomando instantáneas, se puede decir que se está equipado para tomar notas. Mi aparato de foto no es un pincel, sino una pluma. A veces me pregunto si soy un fotoperiodista o un escritor que lleva una cámara.
Me gusta la carretera y la fotografío por instinto, pasión, necesidad, porque vamos por ella, y en ella abandonamos nuestras costumbres; nos lanzamos hacia delante, dejando la vida organizada en el armario donde merece estar.
Me gustan las habitaciones de hotel, se cambia de ellas como se cambia de película, están siempre en otra parte.
La fotografía habla del tiempo; es, por esencia, metafísica.
No hay azar para un fotógrafo. Le pasa lo que está buscando.
Para comprender, hay que escuchar lo que se ve.
Una imagen puede ser borrosa, no pasa nada, también el alma puede ser borrosa a veces.
No se captura el tiempo, se evoca. Pasa como arena, el tiempo, sin pausa. Y nada cambia en los paisajes que cambian.
Yo fotografío el tiempo, la lluvia, el calor, la nieve, el viento. Cuando fotografío un paisaje, es el clima alrededor de ese paisaje lo que veo: es lo que crea el ambiente.
La única proeza sobre viajar es tomar la decisión de partir.
Una fotografía vivida como experiencia individual e íntima, sirviéndose de la fotografía como de una pantalla en la que proyectar las emociones.
Son las fotos las que nos toman, y no nosotros quienes las tomamos.
Evitar lo espectacular, lo pomposo y registrar los momentos sin importancia que son, de hecho, tan importantes.
El arte es un estado del espíritu, no una profesión.
Es lo que se ve sin mirar lo que enseña a ver, lo que se acumula en la memoria.
Ya no puedo no ver.
Bernard Plossu: Retrospective 1963-2006 (Les Editions de Deux Terres, Paris 2007)
Gracias Antonio. Un post maravilloso…
¡Las que tú tienes, tocayo!
Un placer encontrarse cosas como ésta, gracias por la entrada Antonio!
Gracias por tus palabras. El día que tenga este libro en mi biblioteca voy a sentarme en el sofá y no voy a levantarme en un día entero 😉
No lo dudo, tiene muy buena pinta!
Hoy conocí a Plossu, por casualidad (alguien dejó un post en mi foro recomendándolo para la compra de un libro suyo en EBAY) y me conmovió su vida y su obra.
Tiene toda mi devoción.
Gracias a ti, por subir estas fotografías y los aforismos que ellas originaron.
Lu
Me alegro que te guste su obra, es una delicia 😉
Un cordial saludo
Una entrada genial