Hay cuatro clases de tunecinos, me comenta Abderrazak, mientras esperamos sentados el autobús que debería llevarnos a Tozeur. Abderrazak no es sociólogo y por eso en sus palabras distingo el sentir de la calle -esa que algunos teóricos piensan que ni siente ni padece-. La primera categoría no debe ser muy numerosa, pues no entiendo quienes forman parte de ella. La segunda es la de aquellos tunecinos que han hecho fortuna en Europa. La tercera, la forman los que tienen un trabajo fijo. La cuarta, la de aquellos que van encontrando un trabajo aquí y otro allá, alternando ocupaciones esporádicas con frecuentes momentos sin empleo -ni subsidio: esto no es Europa-. Esta última, la más numerosa, es a la que pertenecen la mayoría de los tunecinos, y a la que supongo que pertenece Abderrazak, que trabaja ocasionalmente como animador turístico en Hammamet y lo encuentro en pleno comienzo de la temporada alta acudiendo a su hogar natal a 10 kilometros de Tozeur.
Cuadernos de Tunez: Las cuatro clases
18 Ago
Esta entrada se publicó el agosto 18, 2008 en 9:32 pm y se archivó dentro de Escrituras.
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