Y, sin embargo, en esta experiencia del espacio profano siguen interviniendo valores que recuerdan más o menos la no homogeneidad que caracteriza la experiencia religiosa del espacio. Subsisten lugares privilegiados, cualitativamente diferentes de los otros: el paisaje natal, el paraje de los primeros amores, una calle o un rincón de la primera ciudad extranjera visitada en la juventud. Todos estos lugares conservan, incluso para el hombre más declaradamente no religioso, una cualidad excepcional, “única”: son los “lugares santos” de su universo privado, tal como si este ser no religioso hubiera tenido la revelación de otra realidad distinta de la que participa en su existencia cotidiana.
[…]
… la experiencia del espacio sagrado hace posible la “fundación del mundo”: allí donde lo sagrado se manifiesta en el espacio, lo real se desvela, el mundo viene a la existencia. […] el mundo se deja captar en tanto que mundo, en tanto que cosmos, en la medida en que se revela como mundo sagrado.
Mircea Eliade: Lo sagrado y lo profano (Paidós)
Lo sagrado y lo profano
15 Feb
Esta entrada fue publicada el febrero 15, 2006 a las 12:07 am. Se guardó como Ensayo, Lecturas y etiquetado como lo sagrado y lo profano, Mircea Eliade.
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Este libro me pareció genial. Vino a poner de relieve muchas de las cosas que practicamos sin caer en la cuenta de lo que hacemos.
Es muy bueno este libro.